martes, 21 de junio de 2011

El extraño horario de los computines

Computín es un término acuñado en las aulas de la escuela de computación e informática de la UCR para referirse a los estudiantes de la carrera, personas medio geek y nerd que tendrán en sus manos los fututos desarrollos de este país.
Como grupo de seres humanos hay una característica en los computines que me ha llamado poderosamente la atención, algo que he comentado con otros amigos de otras carreras, en lo cual concordamos es uno de sus rasgos más característicos –estoy hablando de promedios, no de casos particulares- esta característica tiene que ver con hacer las cosas al final, al filo de las hora, buscando siempre estar lo más cerca posible de la hora 2359 que siempre se pone para las entregas. Por más esfuerzos que haga por hacer los trabajos en grupo con suficiente tiempo, es un chip inserto en el ADN del informático, el deber de conectarse el domingo en la noche, el viernes en la noche, siempre cerca de la hora de entrega para finalizar el trabajo.
Nótese que esto no es malo, es simple y sencillamente algo cultural que a mí, como proveniente de otras latitudes me ha costado asimilar. Para todos aquellos que se adentran en las aulas de la ECCI, no les queda más que empezar a pensar en ajustar sus horarios a la norma social, que si me lo preguntan tiene algo de adrenalina: ¿Habrá llegado a tiempo? ¿Con qué hora lo registra el servidor? ¿Somos eficientes por hacerlo bien en tan corto tiempo?

1 comentario:

  1. Jaja, es interesante ver que lo consideras como una característica distintiva del computín. Pero creo que tienes razón.

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