martes, 7 de junio de 2011

Somos héroes por naturaleza.

No sé si se han puesto a pensar alguna vez en el comportamiento instintivo del ser humano, ese actuar automático que ha sido puesto en nuestro cerebro por la naturaleza, del cual desprendemos mucho de nuestro actuar. Hoy quiero compartirles respecto de este punto lo que he aprendido de los instintos y del ser humano, fundamentalmente en que estamos programados para ser héroes.
El origen de la programación nace claramente de la oxitócica, una hormona que poseen las madres que hacen que en ellas se despierten comportamiento protectores impresionantes sobre sus hijos, a tal punto de poder percibir peligros y llegando incluso a poner en riesgo su propia seguridad personal por la de sus hijos o hijas. La hormona equivalente del lago masculino en cambio no va por el lado de la protección sino por la parte de la ternura y la calma. La segregación de esta hormona en el macho más bien se asocia a un amor paternal en el cual el macho renuncia a su agresividad y más bien pasa a convertirse en un animal tierno. De ambos comportamientos, el femenino y el masculino tenemos a los primeros héroes por naturaleza, los padres, quienes son los responsables de mantener a la especie.
El segundo gran vínculo heroico en la naturaleza se tiene con la familia, y tiene que ver con la protección de la herencia genética. En la mayoría de los casos, no siempre, el ser humano tiene un único hijo a la vez, el cual tiene un 50% de la información genérica del padre y un 50% del de la madre. Como un árbol, los primos tendrían algo así como el 25% de los genes del abuelo y así sucesivamente. Según ha venido demostrando la evidencia empírica, somos héroes con las personas que compartamos un mayor nivel de genes en común, y de hecho es normal que se quiera resguardar y perpetuar. Cuentan algunos historiadores de la edad media, única época en la historia en que se podía sacar algún beneficio social de matar a tu familia, que ni siquiera el peor de los tiranos, llego a matar al 100% de su familia, esto como claro reflejo de la defensa personal de los genes familiares.
El tercer nivel instintivo de heroísmo tiene que ver con la afinidad. El ser humano es el único ser vivo en el planeta con 47 músculos en la cara para poder comunicar, sentimientos, emociones, estados de ánimo, etc. Como especie la evolución nos ha provisto de un mecanismo de comunicación sin igual en el cual somos capaces de reconocer en otro cuando nuestra presencia es importante. Quien se ha acercado a alguien triste o quien no devuelve amablemente una sonrisa sin que medie más que la espontaneidad. La empatía en general es instintiva y por supuesto antecede al lenguaje y es el lenguaje el que permite que nos convirtamos en gigantes pues partimos de lo que otros nos han enseñado, estando cada vez en una grada superior.
La próxima vez que veamos a alguien en problemas, sea de nuestra familia o no, o tengamos alguna sensación a lo interno de que hay algo que debemos hacer, no nos limitemos, dejemos escapar al héroe interno que tenemos, el cual ha sido puesto en nuestro interior.
No debemos olvidar que somos seres humanos y no máquinas y que al final, quizá todos seamos de una forma u otra hermanos.

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